Cómo las nuevas tecnologías nos han convertido en esclavos de nuestro trabajo
Si hoy las nuevas tecnologías/ forman parte de nuestra vida cotidiana. Los hemos adoptado, integrado, digerido, asimilado. Y si los ordenadores, los smartphones y las tabletas son herramientas fantásticas, esto no ha escapado a la atención de las empresas. Hoy en día, todos estos productos de alta tecnología han transformado nuestra relación con el trabajo, hasta el punto de hacernos esclavos de nuestra actividad profesional.
Evidentemente, no todo el mundo está necesariamente afectado y estamos analizando aquí un fenómeno que afecta a determinadas categorías profesionales. Así que aquí está cómo las nuevas tecnologías nos han hecho esclavos de nuestro trabajo/.
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Había una vez un microordenador
En los últimos 50/60 años, los hábitos de trabajo han cambiado drásticamente. Hemos pasado de la máquina de escribir a los teléfonos inteligentes y los dispositivos conectados.
La primera gran evolución del espacio de trabajo fue, por supuesto, el microordenador. Ocupaba un lugar central en los escritorios de los empleados y ya les permitía realizar las tareas diarias.
Fue entonces cuando el empleado comenzó a llevarse el trabajo a casa/. Los ejecutivos, en su mayoría, estaban equipados en casa con un microordenador. Y la magia del disquete (aunque era relativamente grande y llevaba poca información) creó esta primera desviación en la relación con el trabajo. Fue entonces cuando aparecieron nuevas formas de estrés.
El microordenador era una gran herramienta, pero los empleados no estaban formados para utilizarlo. Esta incompetencia creó nuevas fuentes de estrés: el miedo a que se borrara el trabajo realizado, a que el ordenador se estropeara, a que el disco funcionara mal, etc.
Hay muchos factores nuevos que no existían antes. Tuvimos que volver a aprender a trabajary abrazar lo inmaterial. Un archivo de 20 páginas solía escribirse directamente en papel, ahora aparece en la pantalla. Psicológicamente tienes que volver a aprender lo básico.
La revolución de Internet
Después de años de aprender a domar los microordenadores, llegó la revolución de Internet. Es entonces cuando las cosas tomaron una nueva dimensión tanto en el ámbito privado como en el profesional.
Las cosas se habían vuelto increíbles: Internet hacía posible no sólo la comunicación al otro lado del mundo, sino también el intercambio, el compartir. Una interconexión global que inevitablemente tuvo un gran impacto en las empresas.
El correo electrónico es el símbolo de esta transformación del mundo laboral. Si el fax se ha resistido en algunos sectores de actividad, en la mayoría de las oficinas el correo electrónico supuso una auténtica revolución. Se acabaron los retrasos en el envío de cartas para documentos importantes, por ejemplo. Todo empezó a acelerarse.
Sobre todo porque la telefonía móvil estaba surgiendo en paralelo. Todos los empleados empezaron a estar conectados en todas partes y a todas horas: en la oficina, en casa y, en consecuencia, incluso en los desplazamientos. Los medios de comunicación empezaron a cambiar para que fueran cada vez más rápidos.
Atrás quedaron los días de las llamadas, un SMS permite ir directamente al grano sin perder tiempo en florituras. El correo electrónico se ha vuelto cada vez más rápido y ha hecho posible el intercambio de archivos cada vez más grandes.
Todo este intercambio de información en tiempo récord/ ha permitido a las empresas ser más productivas y abiertas al mundo. Lo malo es que los empleados empezaron a servir a las tecnologías/ y no al revés. Y las cosas han pasado a un nuevo nivel con los teléfonos inteligentes y las tabletas.
La tecnología ha superado al maestro
No cabe duda de que el nacimiento de los teléfonos inteligentes ha dado al fenómeno un alcance increíble. El nacimiento de los primeros modelos (Blackberry fue la referencia en su momento) permitió ante todo poder responder a los correos electrónicos en cualquier lugar y en todo momento. Una auténtica revolución para los profesionales que podrán disfrutar de las principales funciones de su ordenador en un teléfono móvil con un teclado QWERTY o AZERTY completo.
Fue en ese mismo momento cuando nos convertimos en esclavos de las nuevas tecnologías. Estar localizable, en cualquier momento y lugar, y poder realizar tareas que antes sólo eran posibles desde un escritorio, abrió las compuertas para que las empresas convirtieran a sus empleados en bestias de la productividad.
Fue durante esta época cuando el trabajo móvil despegó/. Más tarde, el iPhone y el iPad hicieron que el trabajo móvil fuera aún mejor. Porque el iPhone y el iPad convirtieron en productos de consumo objetos que antes estaban orientados a las empresas. Un empleado ya estaba familiarizado con la tecnología y sabía cómo utilizarla porque la tenía personalmente.
Algunas empresas se subieron entonces a la ola del BYOD (Bring Your Own Device) es decir, en francés «apporterz vos propres appareils». El principio era sencillo: los empleados podían utilizar sus propias herramientas de alta tecnología (PC, Mac, smartphone o tableta) en la oficina.
Pero como eran suyos, los empleadores tenían la garantía de que se llevaran los productos a casa. E invitar al trabajo a casa es la mejor manera de hacer que sus empleados sean aún más productivos
Evolución de la oficina desde 1983 hasta hoy
Los ordenadores, los teléfonos inteligentes y las tabletas se han convertido en los enlaces directos con la empresa, y es imposible alejarse de ellos: suenan, vibran, emiten lucecitas que alertan a nuestros sentidos. Entonces miramos de qué se trata y si es trabajo y es importante, el estrés que nos agobia nos empuja a ponernos en marcha.
Otras empresas las han elegido para equipar a sus empleados. No porque sean agradables, no. El objetivo final es el mismo: la empresa ofrece dispositivos de alta tecnología (a ser posible de gama alta) a sus empleados, asegurándose así el contacto directo con sus equipos en cualquier momento y lugar. Y como ha hecho un gran regalo, el empleado se siente en deuda.
Puedes salirte con la tuya
Esta invasión del trabajo en la esfera privada ha estado en el centro de los debates últimamente en el gobierno. El Ministerio de Trabajo estudiará el informe Mettling/, un documento que pretende analizar las transformaciones digitales en el mundo empresarial.
Porque actualmente es difícil para algunas categorías profesionales identificar el volumen de trabajo proporcionado. Muchos ejecutivos trabajan desde casa, por la tarde o el fin de semana.
El informe Mettling (nombre del director ejecutivo de RRHH de Orange autor del informe) pretende, por tanto, implantar un derecho de desconexión/. Esto consistiría en rechazar la obligación de permanecer conectado fuera del horario de oficina.
- Para ir más allá: ¿Quiénes son estas personas que viven totalmente desconectadas?
Algunas empresas como Volkswagen/ han introducido un sistema, por ejemplo, de corte de los servidores de correo electrónicoentre las 18:15 y las 7 de la mañana para que sus empleados no se sientan invadidos. Si en Alemania son prácticas que se despliegan cada vez más en España estamos sólo al principio.
Sin embargo, desconectar también es responsabilidad de todos y se trata sobre todo de adoptar nuevos reflejos para evitar ser invadido. ¿Y qué mejor manera de desconectar que desenchufar todo?
Apaga todos los dispositivos que te vinculan a la empresa (smartphone, tablet, PC) y utiliza sólo tus dispositivos personales. Si tu smartphone de trabajo es también tu smartphone personal, puedes filtrar las notificaciones. Ser esclavo de tu trabajo por culpa de las nuevas tecnologías no es inevitable, sólo tienes que aceptar desconectar.